SIGLOS XIII - XVIII

Debido al fenómeno  de la Trashumancia, durante los siguientes siglos, las Mestas se convierte en una población asentada y frecuentada, dedicándose sus habitantes a la ganadería y la agricultura. Dado este aumento poblacional hacia finales del Siglo XVII se construyó en la localidad una pequeña ermita que siglos más tarde se convertiría en parroquia. Igualmente la localidad destaca por ser una de las puertas de entrada a la comarca de Las Hurdes, y en concreto la entrada natural desde La Alberca, hecho que contribuyó significativamente en un aumento de paso por la zona y esto permitió a sus habitantes tener un mayor contacto con los individuos no asentados en la comarca. Durante esta época, fué común que de la localidad saliera gente con cierto renombre y alcurnia.


A finales del siglo XVIII tras la abolición del Concejo de La Mesta, asociación la cual regulaba los privilegios en la Trashumancia, toda la región incluido Las Mestas sufre un acusado descenso poblacional.