ORIGEN - SIGLO XII

Los primero indicios sobre actividad humana en la comarca se remontan al año 8000 a.c. época a la que pertenecen los grabados rupestres o petroglifos que se pueden encontrar en las Batuecas, en las proximidades de la población actual de Las Mestas.

La historia  de la población de Las Mestas se remonta a fechas anteriores al siglo XI, tiempos en los cuales en esta tierra se construyó una serie de edificaciones las cuales dieran cobijo y refugio tanto a pastores como al ganado en los viajes de la trashumancia desde tierras castellanas hasta tierras extremeñas y viceversa. Con el tiempo, estas edificaciones fueron consolidándose en una población permanente. Los estudios realizados sobre la trashumancia no puede demostrar que por estas tierras pasara ninguna cañada de suficiente importancia como para estar datada en documentos, aunque por cercanía si se puede afirmar que era paso para las diferentes alternativas en cuanto a caminos de dos cañadas de importancia en España como son la “Cañada Real de la Plata” y la “Cañada Real Soriana occidental”.

Los primero indicios escritos de asentamientos de población en esta localidad de remontan al Siglo XII en concreto al año 1188, en el cual el Rey Alfonso IX concede al arzobispo de Santiado de Compostela la mitad de la población de “Ecclesiola”, actualmente Herguijuela, y de “Saltu de Francia” actualmente Sotoserrano y lo refleja en el “Documento de Donación Real del Rey Alfonso IX al arzobispo de Santiago de Compostela, Pedro Suárez de Deza, de la mitad de Herguijuela y Sotoserrano”. En el citado documento, también aparecen citados los nombres de “Riomalo”, actualmente Riomalo de Abajo y de “Batuecas” correspondiente al valle de la comarca de la Sierra de Francia además de hacer referencia al resto de asentamientos y poblaciones de la zona sin nombrar en concreto a Las Mestas, población a la que si se hace referencia, 4 años más tarde en la confirmación del documento de 1188, llamada “Documento de Donación del Castillo de Palomero a la orden de Santiago por el Rey Alfonso IX” en el cual, el Rey Alfonso IX concede en perpetuidad al referido obispo “los molinos, los ríos, las pesqueras, los montes, las tierras todas, con todos los productos útiles que en ellas se recogieren”. El texto de este nuevo documento es muy explícito y en él ya no aparece escrito el nombre de Saltu de Francia , sino Saltu Serrano (Sotoserrano). Dicho texto en latín dice: “Vestre villam que dicitur Ecclesiola cum Saltu Serrano… Totum quod est intra los términos, cum ipsis rivis, cum piscariis et molendinis et omni proficus eorum, cum montibus et pascuis, cum terris cultis et incultis, et cum omni proventu et utilitate”.